A continuación extraigo algunas anécdotas del libro de Carlos Fisas Historias de la Historia, publicado por Planeta en diciembre de 1983. Mi ejemplar es una segunda edición datada en enero de 1984. Carlos Fisas (1919-2010), historiador y conferenciante colaboró durante años con Luis del Olmo en su programa de radio protagonistas, donde poseía una sección dedicada a relatar curiosidades y anécdotas históricas.

    




MADAME DE POMPADOUR



Madame de pompadour, amante de Luis XV.

     He aquí una carta curiosa de la marquesa de Pompadour.

     "Querida condesa Baschi:
     Lo que le voy a contar no es precisamente poético. El marqués de R., que como usted sabe, no es precisamente muy delicado en sus gustos, paso ayer la noche con una comedianta y al final de la cena, estando los dos... encantadores, el marqués no encontró nada mejor que desvestir a su Venus y, preparando una salsa para espárragos la coloco en un lugar que no voy a nombrar pero que usted comprenderá y se dedico a comer los espárragos mojándolos en su salsa. Parece que le gustó, ¿qué piensa usted de ello? Espero su respuesta pero, por el momento, no puedo dejar de reirme de un placer tan original.
     
     La marquesa de Pompadour."
  

     Robert de Montesquieu-Fezenzac, amigo íntimo de Marcel Proust, es quien dio publicidad a esta carta añadiendo que se vendió por 350 francos -de comienzos de siglo- en una subasta del Hôtel Drouot.

    



CONSULTA DE MÉDICOS



Corvisart, médico de
Napoleón Bonaparte.

     No se quién dijo que cuando un médico no sabe que hacer pide consulta con otros médicos y hace aumentar el gasto de la enfermedad, porque en medicina la ignorancia se paga cara.

     Corvisart deploraba en un círculo la prematura muerte del doctor Backer.

     -La muerte no ha sido por falta de cuidados -decía-, pues en los últimos días de la enfermedad no le abandonamos Halle, Portal y yo...

     -¡Ah! -interrumpió Sieyes-. ¿Qué quería que hiciera él contra tres?

     



MÁS DE MÉDICOS



     El duque de Fronsac estuvo muy enfermo y le asistieron los médicos Bouvart y Barthes.

     Salió el duque de cuidado y los dos facultativos empezaron a dirigirse cumplidos muy corteses; cada cual atribuia a su compañero el mérito de la curación.
     Oyóles el duque y dijo:

     -Asinus asinum fricat. (Es decir, en romance: El asno se frota o rasca con otro asno).

     Los médicos a un tiempo saludaron, se fueron y no volvieron más.

   

     

     Dos médicos discuten cerca de la cama del enfermo. Discrepan en el diagnóstico los dos galenos.

     -Estoy seguro de que se equivoca usted -dice el primero.

     -¿Si? -contesta el segundo-. Pues haga usted lo que quiera. En la autopsia veremos quién tiene razón.